Del viento

Estaba frente al arroyo al amanecer. Las luces tenues ondeaban sobre la superficie. El viento trajo un principio, me dijo a gritos:"no volvemos a vernos dos veces en un mismo río". Era el mismísimo Heráclito, cual tehuelche furtivo buscando una misteriosa y mágica respuesta. Somos el río, cambiantes, siempre el mismo. El viento es la voz que nos habita, el recuerdo, el presente. Todo lo que se repite trae algo nuevo, ese eterno retornar que somos sin querernos. Tu nombre resonaba en el viento. No creo en casualidades, creo en misterios; y éste desvela el sin sentido que me habita. El vacío. La voz dijo tu nombre, se inunda mi piel de recuerdos. Somos del viento y del río, del sentir y de la piel. Somos donde hemos sido y seguiremos siendo, portadores de un mismo y distinto vacío. También somos el viento y el río, el sentir y la piel.

eNeCe
9-10-16

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