La pálida voz tuya en mi ventana, todos los cuadros en la pared gritando al mismo tiempo, el viejo resplandor de un beso ya sin hambre. Todos los cuadros en la pared, el silencio inapelable, las vagas notas de sabor, lo tibio casi frío de lo que se hace esperar. Tanta mañana espectante y tanta noche de agobio insoportable. Quiero decir tantas cosas, y el zumbido pensar invadiéndolo todo. Quiero decir tantas cosas, y los cuadros en la pared diciendo del tiempo. Nada es inagotable, ni la bruma de la espesa mañana, ni las hojas del interminable sauce, nada es inagotable. Todo sucumbe ante la ruidosa ausencia. eNeCe 27-04-15
Se encienden las aspas pesadas que mueven el alma, nos acercamos tímidamente acariciándonos las pupilas. En el centro mismo de la escena están, incómodos, nuestros pies y el húmedo aire que respiramos. Una brisa honda sopla queriendo arrasarlo todo. Nuestros cuerpos juegan el juego de dejarse volar. eNeCe 22/11/16
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