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Mostrando las entradas de 2015

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enrredando enecesencialismo: que cada palabra abra la garganta hasta el silencimismo.

linyera

el hombre siempre dijo más de lo que quiso decir.                             Recortando trozos, el linyera del lenguaje, rescató lo caido; lo elevó en los aires, con ellos escribió un poema. El hombre sigue diciendo, y la bisección de las palabras abren la puerta a que caiga lo que el linyera toma                como tesoros perdidos, como un rompecabezas,                                     versa en su poema la grandeza de los trozos caidos. 13/05/09 eNeCe

pronóstico

Uno...dos…tres… funestos pensamientos. cuatro camellos caminan en el desierto. 09/09/2009 eNeCe

la huella

siguiendo la huella en desorientados pasos, los vagabundos del amor persiguen pedazos                                                de su alma. Siguiendo la huella. -¡Estamos perdidos! (gritó), un estruendo dejó rechinante los tímpanos; lo indecible fue mostrado;            la huella no desaparece, aunque camino al costado, la huella no la borra el viento, la arena la ha ocultado, la huella no desaparece, se ha transformado                             en fragmentos                                       tibios                             del hombre. Vuelven a unirse en otro texto recreado. 09/09/2009 eNeCe

Infinitos

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Vivojoro

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Escuchandedo

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ManOjos

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Caramano

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Devotos

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Vividenciando

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Oliveriando en Girondo (sin tranvía; en el colectivo)

Las veces que estoy autista, austero, autógeno, automovilístico. Las veces que me eclipso, me pauso. Las veces que decrezco, deprimo deprisa. Las que los besos versan brillos vulnerables. Las veces que exploro, exploto y explico. Las veces que masco, que debo. Las veces que escribo, escrutando palabras encriptadas. Las veces que muero, que mordisqueo, que martillo. Las veces que veceo veraces verborrágicos versos. Las veces que te veo, las veces que te encuentro. Las veces que te leo.  eNeCe eNeCe

Para leer sin respirar

lo cúbico, lo mórbido, lo profundo, lo grave no tanto, el diluvio final, lo cúbico, lo profundo, lo mórbido, lo visible opaco, el frontón de las palabras, lo cúbico, lo mórbido, lo profundo, lo ausente aquí, un río de silencios, lo cúbico, lo mórbido, lo profundo, el abismo atrayente, imposible en el plano, lo cúbico, lo mórbido, lo profundo, la gelatinosa nada, la perdición para un rey muerto, lo cúbico, lo mórbido, lo profundo, el tono vibrante, el azulejo quebrado, lo cúbico, lo profundo, lo mórbido, lo indispensable a la vida, lo imposible a las palabras, lo cúbico, lo mórbido, lo profundo. eNeCe

c(a)en

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No hay paso atrás, caen las horas, si no se dice se pierde y si te digo ya es pasado. El presente hoy, la lagrima, la muerte, todo mi nombre escrito en la pared, las letras, la mentira, lo que veo y lo que muestras… Caen las horas, está lo perdido, la ausencia y la sentencia, el insoportable tiempo, si se piensa tanto en él… caen, no son horas, son los TicTacs donde me pierdo, donde te pierdes, Es hambre, y el exeso. Que caiga, que caiga y veremos… 2013 eNeC e

salivablavoz

Estorbantes noches del absurdo, noches del olvido, noches... No retornas esta noche, no mueres esta noche, ¿Siempre trae el día el sol? Absurdo pensar en para siempres... noche, nose, no sería... Poesía, estás por condenarte, estás por olvidarme... poesía digo y tu te escondes, cada estrella, cada escalofrío y tanta saliva... Se grita por el piso y se enfría el alma, otra noche, otra estorbante noche... Se derraman las miradas y chorrean sobrantes las lagrimas... Otra noche. ¡Otra noche! -gritas- Otra no es, es esta... Es ella, poesía... Otra vez me pierdo en tí poesia... Otra vez me encuentro. eNeCe

El último grito

Borrosos rostros secos. Crujientes narices rotozas. Perplejos tímidos desgarran rotos trozos de sueños gastados. Los imbéciles no dan cuenta de su humanidad. Los que abanican desplegando un viento sagrado se ríen de los despistados. Los estómagos rugen. Los ancianos ansían el final. Las cabezas adornan cuerpos. Los cuerpos deformados por la mano aj ena se repiten a lo largo del paisaje. El óxido carcome los buques, naufragan y los marineros se lanzan a las aguas congelantes sin salvación, sufren enfriando los trozos de carne quebrajados, moviendo sus huesos astillados. El sol quema hasta el dolor de los callejeros. Seis o siente rescatan fuerzas para levantar la última pancarta, el último reclamo entelado, el único anhelo de hoy, de siempre; exclama: ¡DEJEN MORIR!. eNeCe

envenenandonos

¿Qué decís del viento?¿Y que tanto romper las pelotas con eso de que uno se despeina?. ¿No sentís la sal en los bronquios?, ese húmedo intenso aromamuerteportuario. Yo entiendo lo acaramelado de los bosques, siento la luz en el rostro atravesando las ramas de los árboles y escucho las hojas caer con ese raspar sobre los troncos. Pero, ese pero, acá esta la espumarenada de las costas. Ese viento, ese con su inferno silbido constante, ese diabólico, gritando como loco en la esquina. Este el paisaje del pozo hondo, de la tierramalonalfondo. Veo bajar por la loma, tiembla el sueloroca, y el polvo muerdo, muerden todos el polvo. ¿Qué es eso de tener que andar engominado?, sin brillo dirás, gomina y bahía es empaste y eso es de lo nuestro. Tenemos nuestro infierno en este pozo y el diablo somos nosotros mismos. Cada uno, cada olvido. Chau al ancestro y hola nueva inmundicia química. Veo en la noche al baja por el napostá, cerca de su desembocadura, una de nubes rojoamarillentasveneno. Qué