Elogio de la infancia
En tiempos de juventud, en pleno apogeo de las formas que moldean cuerpos, en la época de la idolatría del joven y sobre todo del joven de antes, de la "juventud maravillosa", de la "juventud rebelde", re-velada, en tiempos desafiantes donde urge la necesidad de mantenerse joven, pujante, realizador, dominante, irrespetuoso, osado, impetuoso, despampanante, erótico, políticamente activo, vigoroso, idealista al extremo de las causas por las causas mismas. En tiempos donde el tiempo es el presente por el presente, donde el pasado es viejo, donde los estandartes llevan colores y los colores son colores sexuales y no cuerpos sexuados, donde el sexo es una ideología, donde todo se impone y no se construye, se usurpa, se toma, se expropia, se hurta. Estamos inflados del colágeno juvenil que infla hasta los pelos, los pitos, las tetas, los labios, los párpados, las axilas; la estética quirúrgica como una industria gigantesca de los cuerpos jóvenes, la indumenta