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Tus ojos

Nosé cómo nombrar el gesto de tu mirada. Tiene la fuerza de un secreto profundo, la incógnita de un destino incierto y el desamparo del amor que se entrega. eNeCe

Viéndote

Te veo reír. Tu sonrisa es una sudestada, es la tormenta donde todo es incierto, donde callan los mares para escuchar el viento imponente. Tu sonrisa, que es caricia y desgarro, que es dulzura e infierno. Quiero quemarme en tu sonrisa y dejarme llevar por tus ojos que son el huracán que anima a volar hasta lo inmóvil. eNeCe

Sorpresa

Pasa que estoy encandilado. He visto unos ojos con fragmentos de luz de luna y ternura de infancia. No hay nada que me extravíe más que el brillo que tienen los recuerdos cargados de nostalgia. eNeCe

Espera

Tengo que decirte que el tiempo se me hace espeso, lento, tortuoso. Que espero, cuando no hay nada que esperar. Que dejo al azar mi alma como cuando inundo hojas con mi sangre azul o negra. Que quiero matar el entusiasmo que corre por mi cuerpo. Que algo me dijieron tus ojos una vez y quiero volver a escucharlos. Que decir que las palabras no alcanzan es torpe y prefiero los instantes eternos. eNeCe

Comienzo

Todo parece detenerse en el ahora. Tu mirada inapelable. Un salto al abismo profundo. La incertidumbre. Los juegos del tiempo jugando a las ansias. Todo se detuvo hoy, sentí tu cálida mirada acercarse. Desesperé, sonreí, me asombré, titubeo ante cada palabra, espero, escribo, borro, espero... Nosé donde empezar, pero empiezo. eNeCe

Enamorar/ser

Imagen
Mientras se besaban, se olían, se degustaban, se mordían, se acariciaban, se clavaban la mirada, se apretaban. Mientras el tiempo se detenía. Mientras todo pasaba. A uno de los dos, finalmente, el amor lo devoraba, lo atrapaba, lo desnudaba. De ella no sé absolutamente nada. eNeCe 23/01/17

tristeza

Nadie me había dicho nada, lo supe por un amigo, que era más familia que los otros. Sabía que era en alguna parte por Blandengues al 300. Lo primeo fue bajar en una panadería y conseguir algo dulce como a él le gusta. Ya imaginaba cómo lo encontraría. Se ponía nervioso con los cambios y disfrazaba la angustia con mal humor. Me acuerdo cuando volvía de hacer las cobranzas de ese negocio de electrodomésticos de mala muerte, donde todo era irregular. Llegaba cansado, entraba el 125,cerraba el portón, entraba con su llavero colgado del pantalón y un bolsito en la mano. A penas entraba besaba a mi abuela, era digno de ver, un beso en los labios, decía tantas cosas para mí. Yo lo esperaba con el tablero de ajedrez ordenado, las blancas de su lado, las negras del mío. -Hola Nico, un beso y dejaba el bolsito en la mesa, las llaves en el centro y el atado o los atados de puchos con el encendedor, daba media vuelta y a la pieza.  Siempre creí que no soportaba más la ropa, lo agobiaba el calor